jueves, 9 de noviembre de 2017

Viaje a Teruel

visita a Teruel  y su comarca ,muy interesante y recomendable

Invertimos la mañana en ver el casco histórico de Teruel a fondo. Los principales alicientes turísticos de la ciudad son dos: uno la arquitectura mudejar, presente en muchos lugares de la ciudad; especialmente famosas son las cuatro torres mudejares:la de
San Salvador, la de San Martín, la de San Pedro y la Catedral; el otro es la historia o leyenda de los Amantes de Teruel. Para conocer a fondo todo sobre los amantes de Teruel se puede visitar la Iglesia de Sna Pedro donde hay una especie de centro de interpretación sobre esta historia y en donde además está el mausoleo donde reposan los cuerpos de los jóvenes. La entrada cuesta 9€ pero merece la pena ya que además con la entrada se puede visitar la iglesia de San Pedro (la más bonita de la ciudad con diferencia), el claustro y subir a la torre.

Los Amantes de Teruel

Cuenta la tradición que a principios del siglo XIII vivían en Teruel los jóvenes

 Juan Diego Martínez de Marcilla e Isabel de Segura. Ella era descendiente de una familia adinerada, pero él no tenía riqueza alguna.


Juan Diego de Marcilla  e Isabel de Segura
Con el paso del tiempo, se fueron enamorando, tanto que Juan Diego pidió matrimonio a Isabel. Ella aceptó, pero el matrimonio tenía que ser aceptado sus padres. Su padre (el de ella) declinó la oferta, porque aunque Juan Diego era noble, no tenía riquezas. Era el segundo hijo, y su hermano mayor era el heredero de la fortuna familiar.

Juan Diego pidió que se le diera un plazo de 5 años para conseguir dinero. La familia de Isabel aceptó, y él partió a la guerra. Pero pasaron los años y nadie conocía su paradero, por lo que se pensó que había muerto en alguna batalla.
El padre de Isabel, al ver que no había noticias de él, insistió a Isabel que se casara con otro hombre. Y ella, al pensar que Juan Diego había muerto, aceptó y se casó con otro. El mismo día de la boda, Juan Diego regresó a Teruel cargado de riquezas, pero ya era tarde, pues Isabel se había casado con otra persona.

Juan Diego se reunió con Isabel para despedirse de ella, y desesperado le pidió un beso. Ella, respetando a su marido y su compromiso se lo negó, y él cayo muerto a sus pies.

Al día siguiente, se celebró el funeral de Juan Diego. Durante la liturgia, Isabel se acercó al cuerpo para darle el beso que le negó. Al hacerlo se desplomó y cayó muerta sobre él.

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